Mil veces se ha dicho que casi todos los libros sobre Educación en Scout de Argentina se han perdido. Los pocos textos que aún pueden conseguirse corresponden a breves fragmentos citados de segunda mano de las viejas asociaciones o a melancólicos retazos de páginas salvadas de las catástrofes desconocidas o muy conocidas como las Asambleas Nacionales y ordinarias.
Que tantas obras hayan sufrido igual destino es cosa que despierta sospechas. Las formulaciones de plataformas y encantos electorales se fundamentan en el libro perdido, el cual es quizás un género literario actualmente utilizado; y bien puede pensarse que todas las propuestas no nacieron como se nos presentan ahora: mutilados, incompletos, descalabrados, asolados de interpolaciones.
Nadie puede negar hoy las desventajas de una Asociación que no produce, sino recuerdos (y olvidos) y lo más grave el olvido de los chicos, o como dice un estatutista los beneficiarios.
Algún dirigente y educador sensible nos deja siempre la sensación de haber perdido algo (el amor, la juventud, la ilusión, la inmortalidad); en las reuniones del CD y sus libros esa sensación se multiplica.
La página de la verdad que duele por la ausencia está también ausente. La lágrima de ese dirigente corre la misma suerte que aquello que llora. Tal vez la biblioteca de éste, leal a los principios, se fundó en una SA incendiada por protagonismos personales o saqueados por la ausencia de Dios.
En realidad, la aparición de un libro perdido, un diario sospechoso o una página Web es siempre un desengaño. Con parecido criterio, los Dirigentes Sensibles decían que siempre es preferible estar ausente.
El Catálogo de Horrores, que ahora nos presentan como plataforma de lo que tuve que haber hecho y no hice, es también parecido a un libro despedazado por el tiempo o por la voluntad de su autor. Las páginas extraviadas y no escritas conceden la posibilidad de capítulos superiores, períodos geniales, un orden revelador o un sorpresivo final que justifique la misma.
Lo que queda es apenas un indiscutido registro de presencias individuales o esfuerzos mayúsculos en los patios de los Grupos Scout. Se teme que los estilos utilizados propongan el susto antes que la persuasión, la regionalización en vez de decir “desguase” u ONG en vez de Asociación Scout. Sin embargo todos buscan el manual o el libro; pero ciertas puntualidades y mayúsculas mentiras no impiden hoy su inclusión en el género fantástico.
Los seres y lugares espantosos descriptos en el Catálogo no parecen existir: Pero no por tratarse de invenciones caprichosas, sino tal vez por haberse perdido ellos también en la misma niebla que borró a los Dirigentes Sensibles, sus libros, sus recuerdos y el recuerdo de sus recuerdos.
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